viernes, 8 de octubre de 2010

MUNDOS PARALELOS


MUNDOS PARALELOS


Sin el descubrimiento de América este era un mundo algo soso, le faltaban cosas: no habían restaurantes de comida rápida, así que cuando ibas a un restaurante tenías que esperar bastante tiempo hasta que te trajeran la comida.

Eso sí, teníamos televisión, pero solamente veíamos noticias todo el día de países europeos, asiáticos y a veces de Oceanía. Poquísimas de África.

Nos comunicábamos por la televisión (viendo noticias) y escribíamos cartas, porque no habían ordenadores para que fuera de una forma algo más rápida. Podíamos llamar también cuando llegábamos del colegio con el teléfono pero no con un teléfono móvil, ya que lo inventó un americano.

Celebrábamos fiestas como la Navidad, Año Nuevo, Pascua, etc… Pero no Halloween o San Valentín. Nuestras bolas mundiales, dibujadas con todos los países, tenía un espacio muy grande de agua. Al llegar del colegio comíamos. Pero no solo comida de nuestro país o europea. ¡NO! Si piensas eso, estás muy equivocado.

De África nos gustaban las joyas: auténticas pero baratas, de Oceanía: la ropa de buena calidad y de Asia los demás objetos. Aunque eso de las joyas no nos interesaba mucho.

Europa comerciaba con otros continentes mayoritariamente con comida.

Como no habían coches, teníamos que ir en carruajes por sitios cercanos y como que no habían aviones las partes más lagas se hacían en barco.

Para ir a África estaba bien, cruzabas el estrecho de Gibraltar y ya está.

Para ir a Oceanía tenías que ir en barco. Y para Asia habían 2 formas: la primera era coger un carruaje y cruzar Rusia y la segunda era irte a Grecia cruzar el pequeño trozo de agua que hay y llegar a Turquía. Aunque no lo parezca esta segunda forma era la más económica, hasta que los turcos decidieron empezar a cobrar por pasar y para los comerciantes no les salían ganancias. Por el lado de Rusia empezó a pasar lo mismo debido a la crisis mundial, y cruzar a África y seguir lo que queda en carruaje salía aún menos económica.

Grandes comerciantes empezaron a pensar en como ir allí, y a uno de los mejores llamado Cristiano el Colono, pensó que si cruzaba el océano Atlántico y Pacífico (el gran trozo de mar separado por una línea imaginaria), llegarían de forma muy barata, pues seria coger un barco, llegar a las Islas Canarias para llenar el barco de comida y seguir hasta Asia.

Entonces Cristiano el Colono (llamado así porque vivía y trabajaba en su barco), le pidió a Zapatero que le financiara el viaje, pero éste no quiso porque estaban en una crisis mundial. Después se lo pidió a Rajoy, pero tampoco quiso porque se había comprado un traje para un debate.Finalmente se lo pidió al rey Juan Carlos I, y éste aceptó.

Empezó el viaje, Cristiano y su tripulación llegaron a las Islas Canarias, descansaron y siguieron su viaje. Tenían previsto llegar en cinco meses. Los días fueron pasando lentamente y se convirtieron en dos meses.

Una mañana, la que todos dormían un hombre gritó:

-¡Tierra a la vista!

Entonces todo el mundo bajó, y les pareció muy rara Asia.

La gente era muy diferente a la que habían visto: habían construido unos restaurantes que te entregaban la comida al instante, cosas que te transportaban por el aire rápidamente, la gente en vez de ir en carruajes, iban en objetos que necesitaban un líquido para ponerse en marcha, con cuatro ruedas y los edificios eran muy altos.

Estaban muy avanzados, incluso ¡habían llegado al espacio!

Posiblemente el continente que se decía cubierto por agua no lo estaba, posiblemente existía otro continente…


                                            
                                         FIN

                                                                                                  


                                                                                                            De Commander

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