jueves, 21 de octubre de 2010

Robin Hood

Había una vez, en un pueblo llamado Nottingham en el cual mandaba un rey que lo único que le preocupaba era su oro, por eso todas las mañanas todos los campesinos le tenían que pagar cinco euros. Si no le pagaban enviaba a sus matones a por el dinero y rebuscaban por toda la casa hasta encontrar con que pagar la deuda.

Un día Robin Hood que pasaba por ahí vio como los ladrones del rey rebuscaban en una casa, entonces, molesto por esa acción, se informó por los campesinos de lo que pasaba. Al día siguiente por la tarde el rey pasó por el pueblo para llegar a  su mansión que estaba a las afueras. Un campesino le paró diciéndole que si le daba algo de dinero. Pero lo que el rey no sabía era que ese campesino era cómplice de Robin, entonces mientras el campesino le entretenía, Robin le robó todo su oro (bueno, el que llevaba en su carro). Cuando Robin acabó, el campesino se fue y el rey se dio cuenta de que no estaba el oro, desde ese momento ordenó al sherif que lo encontrara y que cuando lo encontrara, lo matara.

Robin desde ese día ha ido repartiendo el dinero de incógnito y escondiéndose en el bosque.  



                                           Farto

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