Un día de 1645 Iván en la cama soñaba con poder ver y capturar el Craken, el único ser capaz de aterrorizar al mundo entero. En 1650 Iván ya tiene 16 años y estaba dispuesto a realizar sus sueños alistándose en la tripulación del barco Bauten, un barco con una capacidad para 175 personas.
Después de instalarse en el Bauten oye a su capitán gritar:
- Levad anclas, vamos a empezar la mayor búsqueda de la historia de Londres.
Iván estaba muy ilusionado, también estaba intrigado por si se iban a realizar sus sueños.
A mitad del recorrido, el capitán del Bauten comunicó a sus marineros que no les quedaban suficientes provisiones ni siquiera para dar media vuelta. De repente apareció de las profundidades del océano atlántico un grupo de jóvenes cachalotes que se ponen a tiro de los poderosos arpones del Bauten. Después de conseguir la comida necesaria para seguir el recorrido en busca de la bestia más temible, siguieron su camino.
El Bauten y su tripulación se encontraron en medio de la tormenta más terrorífica que habían visto en sus vidas. Iván fijo su mirada aterrorizada sobre un remolino acuático que absorbía cualquier cosa que se interponía en su camino.
Del remolino acuático apareció el Craken, la bestia que andaban buscando; apareció en el peor momento posible. La bestia extendió su tentáculo alrededor del Bauten y lanzó el barco como si fuera una catapulta en dirección a una isla desierta que no estaba marcada en el mapa.
C. G.
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