viernes, 17 de diciembre de 2010

UNA OPORTUNIDAD

Érase una vez, una familia compuesta por un padre y algo muy exagerado, que tenían siete hijos, tenía:
Dos niños gemelos recién nacidos (Javier y Marc).
Una niña pequeña de 7 años llamada Ani, ella era la hija buena de la casa, a la que todo el mundo quería y que le decían la típica frase de:
¡Hay, que mona que es!.
Un niño de 11 años llamado Jorge, era muy gracioso y tenía compañía de su perro, Pelu.
Una niña de catorce años llamada Isabel, era muy gruñona, se enfadaba siempre por todo. Se llevaba muy mal con su hermana mayor, pero eso si, ella siempre tenía que ir a la moda.
Una niña de dieciséis años llamada Natalia, era la pija de la casa, la que siempre va con sus pantalones cortos, con una camiseta muy chula, con sus zapatos, botas o cualquier cosa de tacón y como no, el bolso, nunca se lo quitaba de encima. Ella le hacía la puñeta muchas veces a su hermana y por eso se llevaban tan mal.
Y por último, el hijo más mayor de veinte años llamado Juan, el típico listo que ya va buscando trabajo y el que por desgracia muchas veces se tenía que quedar a cuidar a sus hermanos pequeños.
El padre trabajaba de jefe de una inmobiliaria y acababa de conocer una mujer llamada Úrsula que digamos que se llevaban bastante bien. Al cabo de seis meses los niños ya tenían una madrastra mandona y muy exigente con ellos, conclusión los niños la odiaban.
Después de un mes, la madrastra ya estaba en la casa de esta impresionante familia viviendo, era la pesadilla de los hijos, Úrsula era mala con ellos y les mandaba hacer todo lo que ella quería cuando el padre estaba trabajando. Los niños se lo intentaban explicar a su padre, pero él no les creía.
Úrsula solía llevar a su mejor amiga Anna a casa, era muy guapa y divertida. A Anna le encantaban los niños, por eso iba tan a menudo, para estar con los siete niños y a éstos les encantaba Anna, porque jugaba con ellos, pero sobre todo porque se llevaba a Úrsula de compras, y se la quitaban de encima.
Anna si que sabía que no les gustaba Úrsula y ella entendía que era un poco mandona, pero les decía que cuando la conocieran mejor les parecería una agradable persona, aunque ellos lo dudaban.
Al cabo de un mes Úrsula había cambiado y había entendido que era un poco estricta, entonces reflexionó y decidió intentar llevarse bien con ellos.
Anna les convenció para que le dieran una oportunidad.
Primero se puso a cuidar y a darles la comida a los dos gemelos.
Después a jugar con Ani, y le gustó. A Ani también le pareció bastante divertido y la relación entre las dos cambió por completo.
También se llevó a Isabel y a Natalia de compras, a ellas les encantó, se podían comprar lo que ellas querían.
.Y por último le consiguió un trabajo a Juan, en ese momento se ganó la confianza de todos ellos.
Un día, estando todos juntos, Úrsula, el padre y los hijos, reunidos alrededor de la mesa, uno de ellos, concretamente Any, se levantó, abrazó a Úrsula y le dijo: “desde hoy tienes un nueva hija”, las dos se miraron y se dieron un gran beso en la mejilla. Acto seguido, se levantó uno tras otro y no hizo falta palabras. El abrazo fue tan sincero y tan hermoso que los rostros y los gestos lo decían todo. Úrsula, muy emocionada, se colocó junto al hombre de la casa y dándole la mano les miró y les dijo: “desde hoy, tenéis una nueva mama”. En ese momento, comprendieron, que hay que dar una oportunidad a las personas, que todos cometemos errores, que no somos todos perfectos, pero que si se buscas bien en el corazón de las personas y si se trabaja con ilusión, siempre se encuentra algo que merece la pena.
“No nos cerremos en banda”
FIN RAK Y LUCI

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