viernes, 4 de marzo de 2011

el angel y el demonio


El ángel y el demonio


Érase una vez una niña que en el colegio le decían que era muy extraña, tenía 10 años y se llamaba Alexandra. Os preguntareis porqué dicen que es extraña, y no es que lo diga yo que soy su mejor amiga, por cierto me llamo María, bueno prosigo, se lo decían en la escuela porqué dicen que la ven hablando sola, cosa que es cierto, porqué yo también la he visto, pero seguro que tiene una buena escusa, pero sea la escusa que sea yo la entenderé y seguiré siendo su amiga ya que lo somos desde muy pequeñas, somos inseparables. Y todo esto lo digo justamente hoy porqué va a venir a dormir a mi casa, ya que es viernes y mañana no hay cole, vendrá después de venir de sus clases de trompeta, y le pienso preguntar porqué habla sola.
(Al siguiente día, cuando Alexandra se acababa de ir de su casa), bueno ya os voy a contar porqué hace todo eso, ya que ayer por la noche cuando estábamos apunto de irnos a dormir, se lo pregunté.
Ella me dio una explicación un tanto extraña, me dijo que ella no hablaba sola sino que hablaba con el “ángel y el demonio” que tenía sobre cada uno de sus hombros, yo no me lo creí, pero entonces dijo que en ese momento me los iba a presentar, y en efecto, me los presentó eran el ángel y el demonio, yo fingí que los veía aunque no era cierto, porqué sabía que por mucho que le dijera que no me lo creía ella iba a seguir insistiendo de que sí que existían.
( Al siguiente lunes después de venir de la escuela), me ha pasado algo muy extraño hoy en la hora del recreo, de nuevo, vi a Alexandra hablando sola, y me vais a tomar por loca pero esta vez sí que vi a un ángel y a un demonio sentados sobre cada uno de sus hombros, no sabía si estaba soñando o no pero yo sé lo que vi, y lo que veía era tan raro como que Alexandra hablara sola.
Entonces se lo dije a Alexandra y le pregunté que cuando los vio por primera vez, ella me respondió que fue cuando un día que estaba en peligro, cuando dos hombres que iban borrachos me querían robar, ellos aparecieron y le aconsejaron sobre lo que tenía que hacer.
Al siguiente día fui a ver a una chica de estas espirituales, y me dijeron que todo el mundo tiene a dos hombrecillos sentados en lo hombros aunque tú no te des cuenta, le pregunté que los míos cuando iban a hacerse visibles, y me respondió que cuando estuviera en apuros.
Entonces la semana siguiente en la excursión, que fuimos al monte, por la noche me vi que me caía por un barranco, y de pronto empecé a escuchar unas voces extrañas que me decían que tenía que poner el pie izquierdo sobre una roca mejor sujeta y después me empezaron a dar instrucciones de cómo subir, me ayudaron perfectamente y desde ese momento entiendo perfectamente a Alexandra.

FIN

No hay comentarios:

Publicar un comentario