viernes, 4 de marzo de 2011

vacaciones en la nieve


VACACIONES EN LA NIEVE

Todo empezó el día 2 de enero cuando montamos en una furgoneta que habíamos alquilado mi familia y la familia de mi amiga Lucía para irnos a esquiar a Andorra. Pasaríamos allí seis días y la verdad es que me hacía mucha ilusión.
Al llegar allí entramos en el apartamento dispuestas a elegir la mejor habitación de todas y como había una habitación con cuatro camas pequeñas, nuestros padres decidieron que esa seria la nuestra. Lucía, mi hermana, su hermana y yo compartiríamos habitación.

A la mañana siguiente nos despertamos muy temprano para coger muchas fuerzas con nuestro desayuno y bajarnos rápidamente a las pistas donde empezaría la primera jornada de esquí.
Hacia unos dos años que no practicaba este deporte pero en realidad tenia razón mi padre cuando me decía que eso no se olvida, es como ir en bici que por muchos años que pasen, siempre sabes.

La primera hora estuvimos en las pistas de Pas de la casa para coger un poquito de soltura pero cuando ya nos habíamos recorrido todas las pista azules de allí decidimos subir en un telesilla que nos llevaría hasta Grau Roig, donde nos dijo Nuria, la hermana de Lucía, que nos divertiríamos mucho porque había muchas pistas azules, es decir de nuestro nivel.

Es telesillas estuvo media hora subiendo y subiendo y cuando llegamos hasta arriba, nos dimos cuenda que no habíamos equivocado en la elección del telesillas. Habíamos cogido el equivocado y ahora la única forma que teníamos de volver era deslizándonos sobre pistas negras. Yo me asomaba al inicio de la pista y me temblaban las piernas, era una bajada muy pronunciada, parecía uno de esas bajadas de montaña rusa de los parques de atracciones. Nuria intentó tranquilizarnos diciendo que intentáramos bajar todo el camino frenando para no coger velocidad y así no caernos.
Después de varios minutos detenidas en el borde dela pista decidimos bajar. Lucía parecía haberle cogido el truco a la pista y bajaba muy confiada a gran velocidad pero de repente vimos como se dirigía hacia un fuera de pistas, ella intentaba frenar pero la velocidad era muy superior que la fuerza de frenado y se agarró a una de esas banderas negras que delimitan las pistas.
Cuando llegamos a su altura intentábamos acercarnos para ayudarla pero no podíamos llegar hasta ella porque nos resbalábamos y teníamos peligro de caer por el otro lado de la ladera.

No sabíamos que hacer, por allí no pasaba nadie para pedir socorro y nuestra amiga seguía agarrada debatiéndose entre la vida y la muerte….

( Continuará)

Arenita(L)

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