viernes, 22 de octubre de 2010

LA CASA ENCANTADA


Tuvimos que explicar a nuestros padres por qué habíamos llegado tarde. Les tuvimos que mentir diciendo que nos habíamos perdido, ya que estábamos de acampada en un campo de Escocia.
Les mentimos porque no queríamos que se enteraran de que habíamos entrado en esa casa otra vez. Pero realmente, en esa casa sucedían cosas extrañas, y mentiríamos a nuestros padres lo que hiciera falta, no descansaríamos, ¡NO!, hasta que supiéramos su misterioso secreto.       
Bueno, a lo que iba, llegué tarde con mis amigos, por culpa de un pequeño imprevisto que tuvimos en la salida que llamábamos Salida Sanguínea, por lo llena de sangre que estaba.
Pero esa casa que parece azteca en medio de Escocia, es muy raro, porque los aztecas eran de América, y estamos en Escocia. Nuestros padres decían que esa casa pertenecía a una señora llamada Gumersinda, que decían todos los del pueblo que era una vieja loca y que curaba todas las enfermedades con hierbas. He aquí nuestro plan:
Al día nuestros padres se fueron a la ciudad, el día entero, y nosotros claro que aprovechamos para estar más cerca de descubrir un gran misterio.
Preparamos mochilas: móviles, planos, papel y lápiz para estudiar ``La Casa Encantada´´ y hacer nuevos planos con más habitaciones.
Cuando entramos por la entrada, decidimos separarnos y a las nueve, estar en la salida, así que cada uno por su cuenta tenía todo el día. Desde ese momento les perdí a todos de vista, y si me ocurría algo o necesitaba ayuda, estaba solo.
Fui recto, me encontré unas escaleras, así que subí para ver qué había y mis ojos no se lo creyeron: ¡HABÍAN DOS TUMBAS!, como era poco miedoso decidí ir a explorarlas. Habían dedos que se habían salido y ¡SE MOVÍAN! Entonces cogí el móvil, pero no tuve miedo, porque sé que los vampiros no se despertaban de día, así que eso me tranquilizó bastante. Bueno, lo primero que hice fue actualizar los planos, y lo segundo, enviarles unos mensajes a mis amigos para que vinieran a ver todo este numerito. Pero antes de que vinieran, los dedos de las manos de los vampiros, tiraron de un cordel, y donde yo estaba, se tiró una palanca y ¡AY! Me caí a saber donde.
Cuando recuperé el sentido  después del duro golpe, vi una sala en la que habían dos caminos.
En uno ponía: Encontrarse con Yasí-Yateré, y en el otro ponía: Posada de las dos cuerdas.
Decidí entrar en el de la posada, porque sabía que Yasí-Yateré era un monstruo de antiguas regiones americanas como los aztecas.
Seguí recto por un pasillo estrecho, hasta que llegué a un jardín donde había una posada en la que ponía un cartel: POSADA DE LAS DOS CUERDAS. Entré para explorar esta zona más rara.
Estaba cansado, pero aún eran las once de la mañana, así que seguía teniendo el día entero.
Entré.  Había una mesa con comida, como si todo estuviera pensado para que alguien viniera, pero me dio igual y me lo comí todo. Entonces cuando me recuperé, subí por las escaleras, y me encontré con una niña, que tocaba la flauta, y era como si te hipnotizara, y te empezaba a apretar la barriga, yo cansado la miré, y vi que tenía una cuerda. Me la desaté, y la niña pareció molesta, pero siguió tocando la flauta, hasta que me volvió a apretar la barriga otra vez, y me la volví a desatar, entonces la niña se enfadó, sacó sus colmillos, y se quiso tirar encima de mí, pero yo saqué mi lápiz, lo mantuve con la punta en la otra parte sobre mí, y la niña intentando morderme, se lo clavó, y subió a toda pastilla a las habitaciones de arriba. Yo no me pude mover porque estaba atado con ¡DOS CUERDAS!
Esperé un rato, una hora como máximo, hasta que vino mi amigo, y me desató. Vimos sangre que subía por las escaleras, y la seguimos en esa dirección. Al llegar vimos a una araña gigante con un lápiz clavado pero de la niña ni rastro. Cuando salimos, le expliqué lo de los vampiros y como llegué hasta aquí, y mi amigo me dijo que le había ocurrido lo mismo, pero con zombis.
Siguiendo nos encontramos con una única salida, salir por una parte donde ponía: ENFRÉNTATE CON LA CASA ENCANTADA Y SOBREVIVIRÁS y entramos por una puerta gigante. Había una sala enorme, con las cortinas y los muebles desechos. Era una sala algo oscura. Vimos como si una sombra se acechara sobre nosotros, entonces nos giramos y vimos como unos vampiros, zombis, fantasmas la Gumersinda, y tenían a nuestro último y tercer amigo atado. Entonces la Gumersinda habló:
-Puede ser que hayáis ganado a la Posada de las Dos Cuerdas, pero no a todos nosotros. Y si queréis a vuestro amigo libre tendréis que obedecer nuestras órdenes.-dijo la vieja loca.
-¡Eres una vieja loca, una vieja que tiene que estar en el psiquiátrico! ¡Suelta a nuestro amigo!-grité si pensármelo 2 veces.
-¡Yasí-Yateré!-gritó la abuela anormal-Me parece que este chico no ha dormido la siesta.
Entonces supe lo que iba a pasar. El monstruo me iba a castigar por no haber dormido la siesta, iba a tener mucha fiebre, y finalmente morir. Pero se me ocurrió una idea:
-Eh, Yasí-Yateré, donde quiera DIOS que estés, no se como me vas a poner la fiebre porque para empezar estoy BAUTIZADO POR DIOS, soy CRISTIANO, palabra derivada de CRISTO…
Mientras lo decía, noté que el monstruo se deshacía, porque pegó un gran berrido, ya que es un diablo invisible, y hablarle de Dios y Santos, lo deshacía.
-Muy bien, veo que te has desecho del Yasí-Yateré EL QUE SE OYE Y NO SE VÉ. Pero a ver  como os las apañáis con mis zombis-dijo la Gumersinda algo molesta.
-Es más fácil aún-dijo mi compañero no preso.-Zombis, sabéis que si os volvéis a vuestra tumba, tendréis más carne en vuestro cuerpo que la tenéis.
Los zombis se lo creyeron, y se fueron. Era verdad que no tenían un trozo de cerebro.
-Vale, apañárosla con mis fantasmas.-Entonces me giré para morir con la cara en las ventanas, y vi que había una aspiradora de las viejas, y me acordé que una de esas aspiraba fantasmas. Corrí hacia ella, la encendí del botón y aspiré a los espíritus.
Quedaban los dos vampiros, la Gumersinda, mi compañero, y nosotros. Entonces hacia nosotros empezaron a  andar los vampiros. No pudimos abrir ventanas para que entrara la luz de la cinco de la tarde, porque no habían. A mi compañero, se le ocurrió encender el móvil, y ponérselo en la cara, pero no funcionó porque no era luz solar. Entonces le hice un gesto a mis amigos, de que me siguieran el rollo:
-Amigo, antes de morir te tengo una pregunta: ¿Te has echado colonia en la sangre hoy?
-SÍ, y también kétchup. ¿Me pregunto a que sabe nuestra sangre con tantas cosas?
Vi que los vampiros se habían  parado, interesados en la conversación y seguí:
-A chuches.
Entonces me hice un corte e hice como si probara la sangre con ‘’sabor a chuches’’.
Les puse a los vampiros en la boca, y como éstos se habían creído nuestra conversación, les pareció que la sangre sabía a chuches, y se desvanecieron.
-Aún quedo yo-dijo la Gumersinda.-Voy a mataros con mis hierbas.
-Bueno, nosotros por los daños decidimos regalarte una hierba muy potente llamada Parchís. Es muy potente.
Pensé por un momento, que lo que había dicho era absurdo.
-Vale, pero para hoy, que mañana me muero.
Entonces libramos a nuestro amigo, y nos fuimos al campamento antes de que regresaran nuestros padres. No me pude creer que la vieja loca se pudo creer lo del parchís.
-¿Habéis hecho algo interesante?-esa era la voz de mi madre que había vuelto justo después que nosotros.
-Emss, no.-dije  yo.
No me pude creer que la vieja loca se había creído que le traeríamos la planta ‘’parchís’’.
Si se moría mañana, las ‘’pulgas’’ de la Casa Encantada estarían exterminadas.

                               DE COMMANDER

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