viernes, 8 de octubre de 2010

TEO HOOD

Erase una vez un muchacho llamado Teo Hood. Era uno de los muchos campesinos de Nottingham aunque pareciese mentira también trabajaba para la nobleza.

Un día se encontró con el obispo y curiosamente llevaba colgado un precioso diamante ,así que, se le ocurrió pasar a preguntarle por él. En cuanto le preguntó el obispo saltó de tal manera que a Teo, no ya no le interesaba tanto el colgante ,claro que... si se paraba a pensarlo eso colgante se lo había visto a rey.

-No,no,no,no...es imposible ,el obispo brrrr. no,no,no.

Pero claro no se podía quedar de brazos cruzados y aunque pareciera mentira a él le beneficiaría ,porque,salvar al rey de un robo no estaba mal ¿¿no??
Así que con todo su desparpajo fue ha hablar con el rey.

Resultó ser un mal momento por lo visto, porque el rey no se lo tomó muy bien:
-Pero que tonterías dices Teo ,como te atrever a acusar así a el obispo?
-Pero...
-¡Cállate! No te quiero ver en un buen rato.

Teo después de la charla con el rey no tenia ganas de nada más pero dándole y dándole vueltas al tema, llegó a la conclusión de que ,si le quitaba en colgante al obispo y se lo enseñaba al rey,el rey se daría cuenta de que Teo tenía razón.

Así que una tarde se dispuso a seguir al obispo, para que cuando más distraído estuviera,!!!! zas!!!!!quitarle el diamante.

Y,!!!!!!Zassssss!!!!!!!!!

-Bien lo conseguí ahora solo me queda demostrarle al rey que era verdad.

Pero por desgracia, esa escena la pudo ver la querida mujer del rey ,y por supuesto, rápidamente fue ha hablar con su marido.

El rey se quedo boquiabierto ,no podía creerlo:

-¡Qué! ¿Cómo se ha atrevido ? y yo que pensé que sólo quería ayudarme.
-Pues cariño yo creo que lo que quería era alejarse de las sospechas.
-Tienes razón, ahora mismo mando a todos los guardias en su busca.

Teo que se había enterado de toda la conversación maldijo el día en que intentó ayudar al testarudo de su majestad.

Así que corrió y corrió todo lo que pudo:
-No puedo más.¡ Ya sé ! Pararé en el bosque y así no me encontraran.

Las tropas seguían buscando ,buscando sin resultado:

-Majestad no hemos podido encontrar al canalla pero no se preocupe lo encontraremos tarde o temprano.
-¡Eso no me vale! Lo quiero ya, tu no sabes que podría vender el colgante, eso al obispo no le gustaría nada.
-Pero majestad...
-Ssss, calla,y seguid buscando.
[…]

Durante una larga temporada Teo se escondió como pudo pero un día. Lo hallaron muerto con el colgante (que si que era el del rey) sobre el pobre muchacho que por nobleza murió.

No hay comentarios:

Publicar un comentario