viernes, 12 de noviembre de 2010


Las gemelas Martincace

Había una vez dos hermanas que eran gemelas, llamadas, Paola y Sara.
Paola era pelirroja y con los ojos verdes, era alta y delgada, ella siempre se estaba riendo, era una amante de los animales pero el que más le gustaba era el perro.
Sara era morena y con los ojos azules, era alta y delgada como su hermana, ella era más vergonzosa pero aun a si se reía, ella también era un amante de los animales, pero con diferencia a su hermana, a ella le gustaban más los gatos.
Paola tenía una perrita muy bonita llamada Nana.
Un día iban paseando por el parque a Nana, cuando de repente, Sara se quedó mirando a un gatito recién nacido en el parque, a ella le daba tanta pena dejarlo allí sólo que decidió llevárselo a su casa.  Paola intentó convencer a Sara de que no lo hiciera porque  ya tenían a Nana, pero Sara que era muy cabezona no le hizo caso y se lo llevo a casa. Cuando llegaron a casa, a su madre le pareció bien que se quedaran al gatito, pero su madre les dijo: os podéis quedar el que queráis pero tenéis que decidiros por uno, por que los gatos y los perros no se llevan bien.
Las dos hermanas muy tristes se fueron cada una a su cuarto, pensaron en dejar al gato escondido en su casa, pero eso no era una buena idea.
Las niñas siguieron pensando y pensando pero no se les ocurría nada, ellas intentaron convencer a su madre de que se quedaran los dos animales pero la madre dijo que solo se podían quedar uno, bueno, dijo la madre, podéis hacer algo para que ellos dos se lleven bien pero eso ya es cosa vuestra.
Las niñas muy agradecidas de su madre decidieron enseñar al gato y a la perrita a llevarse bien.
Eso les llevo un tiempo ellas lo intentaban pero no lo conseguían, las hermanas pensaron que iba a ser más fácil enseñarles a convivir pero no fue así.
Sara y Paola estaban muy tristes  tan tristes que se les pasó por la cabeza en lo que les había dicho su madre, elegir a un animal de los dos, ya no sabían que hacer. Estaban muy desesperadas cuanto más intentaban que se llevaran bien todavía se llevaban peor.
Sus padres vieron a las niñas muy tristes, a los padres les dio muchísima pena  y decidieron enseñarles a convivir a los dos animales.
A  ellos  también  les  costó  bastante, pero lo consiguieron.
Las niñas les dijeron a sus padres que ya habían tomado una decisión, ellas les dijeron que se quedarían con la perra ya que era la que más tiempo llevaba con ellos, los padres se empezaron a reír al ver a sus hijas tomar una decisión tan sería , ellas confusas preguntaron, ¿pero qué está pasando? Los padres respondieron que ya habían educado al gato y la perra y que se podían quedar los dos .
Las hermanas empezaron a abrazar a sus padres y a saltar de lo contentas que estaban, las niñas muy agradecidas del buen trabajo que habían hecho sus padres, que decidieron preguntarles a ellos si querían un conejo, y los padres gritando dijeron que no  querían tener tres animales, que con dos ya era suficiente.
Ellas empezaron a reírse como sus padres diciendo que era broma y que muchas gracias por enseñarles a  convivir juntos.

     Fin   Mara y Florecita


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