viernes, 26 de noviembre de 2010

UN SUEÑO, EL VERANO



Cuando llega el verano mi amigo y yo nos volvemos a encontrar, nos olvidamos de todos y de todo durante los pocos días que estamos juntos, solo somos él, yo y nuestros amigos de la urbanización, durante esos días aunque son pocos son muy importantes para nosotros así que los aprovechamos en todo momento.
Nos levantamos muy pronto, cuando todos están dormidos, nos vamos a la parte de arriba de la casa a jugar hasta que se levantan y nos llaman para desayunar. Cuando acabamos nos volvemos a marchar; nos vamos a la piscina, a jugar al tenis, al fútbol y a andar en bici. Cuando nos cansamos de una cosa hacemos otra. Por la noche, cuando nos vamos a la cama, más bien tarde intentamos engañar a nuestros padres queriendo llevar a la habitación algún juego o música, pero claro, ellos son cuatro y nosotros solo dos, así que nos cuesta bastante conseguirlo, pero haciendo alguna virguería siempre conseguimos algo.

Durante esos días también celebramos un cumpleaños, es muy divertido porque además de tener la tarta típica que casi nunca nos comemos, tenemos nuestras pequeñas actuaciones e imitaciones que hacemos nosotros y también tenemos nuestras pequeñas fallas que consisten en algunas fuentes, tracas y algunos petardos; no son muchos porque allí no se pueden tirar petardos, cosa que le da pena a uno de nuestros amigos porque como él dice en broma: “soy un pirómano, me gusta el fuego” pero lo divertido es que somos los demás los que encendemos los petardos porque a él le da miedo encenderlos; los días se acaban y nos despedimos hasta el siguiente año en el que como todos los años pensaremos cuando volverá a llegar el verano.

                                                                                                    Ingeniero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario